Razones para dejar de fumar (o no)



Convidame un pucho. Tus bocanadas de humo calman . Las mías matan.


El trayecto que lo separa de la plaza, es fatal. Camina cinco cuadras, cruza la avenida sigilosamente y respira tranquilo.
Prosigue su marcha hacia un lugar. Para en un kiosko a comprar puchos y se detiene en la esquina dorada y plateada a fumar uno. Una pitada, dos pitadas, ¿tres pitadas? ¿Por qué no aparece?. Muchas pitadas. Mucha bronca. Mucho Invierno.
Tiene que ir a la plaza. Llega y se para en otra esquina, una esquina diferente. Otro cigarrillo. Una pitada, dos pitadas, tres pitadas, cuatro pitadas y dolor. ¿Te olvidaste de mí?. NO.
La quinta pitada viene acompañada de un brisa fría que le golpea el cuello. Momento decisivo. ¿Se acuerda de mí?. Un antes y un después. Otra vez la brisa. ¿ Me amás?.
Hora de descubrirlo. Se da vuelta. Se estrella contra una pared.
(C)

O silencio das estrelas